martes, 5 de abril de 2011

TOSCA (Giacomo Puccini)

Dentro del mundo operístico hay dos títulos que han dado mucho que hablar por distintos motivos. Nos estamos refiriendo a “La forza del destino” de Giuseppe Verdi y la  “Tosca” que vamos a comentar, debida al compositor de Lucca, Giacomo Puccini.

Sobre la primera, se tiene la idea entre los cantantes de que trae “mal fario” desde que ocurrió la muerte en escena del barítono Leonard Warren el 4 de marzo de 1960 en el Metropolitan de Nueva York, precisamente cantando esta obra.

Respecto a la “Tosca”, llueven y llueven las anécdotas diversas, inventadas o no, reales o imaginarias. Desconozco la razón que motiva tanto chascarrillo pero el hecho es que existe abundante material sobre ella. Yo en particular, sin embargo, no he estado presente en ninguna de estas anécdotas en mis años de aficionado.

Vamos a comentar uno de tantos sucesos referido, por supuesto, a la obra, pero encarnado por el tenor genovés Fabio Armiliato [1].

Ocurrió a finales de julio de 1993, sobre el escenario del Sferisterio de Macerata, en Italia,  en la  región de Le Marche, a orillas del mar Adriático y delante de 2500 personas que veían tranquilamente la representación.

Era la escena crítica del fusilamiento del protagonista, el pintor Mario Cavaradossi, encarnado por Armiliato y con una Floria Tosca de la soprano Raina Kabaisvanska.

Justo en el momento en que se produjo el disparo de los fusiles, se oye la voz del ejecutado gritando: “¡Socorro! ¡Ayuda! ¡Me han disparado de veras!”; y a continuación, cayó al suelo, sujetándose el pié izquierdo pues lo tenía herido.

Parece que el desastre, el enésimo en una “Tosca”, fue debido al hecho de perderse el tapón que cerraba el cañón de uno de los fusiles de atrezzo.

A causa del incidente, que le costó una pequeña intervención de cirugía plástica, Armiliato tuvo amplio espacio en los periódicos, que recordaron también otra herida anterior a causa de un sablazo recibido en una “Carmen”.

Pero el tenor genovés, ex alumno de Franco Corelli, pocos días después, el 4 de agosto, volvió a escena con una muleta para sujetar el pié izquierdo. El apoyo se le rompió y él cayó nuevamente al suelo, fracturándose tibia y peroné de la pierna derecha, que era la que tenía sana. Esto si puede decirse que es el colmo de la mala suerte.

[1] Basada en el libro “Disastri all’opera” de Hugo Vickers

EL ARGUMENTO
Angelotti, ex cónsul de la República de Roma, huye de la prisión y se refugia en la iglesia Sant'Andrea della Valle, donde se encuentra el panteón familiar.

Conforme a un mensaje enviado por su hermana, la marquesa Attavanti, allí va a encontrar ropas para disfrazarse y huir.

El ex Cónsul entra en la capilla y se esconde.  Aparece el Sacristán creyendo que ha visto algo pero solamente encuentra un cesto con comida del pintor Mario Cavaradossi.

Llega éste para continuar con su trabajo, un cuadro de María Magdalena en el que el Sacristán reconoce a una dama que había estado rezando en la iglesia.

Cuando Cavaradossi se queda sólo, sale Angelotti de su escondite y los dos se encuentran. El pintor decide ayudarle a escapar. Escuchan la voz de Tosca que se acerca, y Mario ofrece comida a su amigo, quien se esconde nuevamente.

Al llegar Tosca, está convencida de haber escuchado voces y le
monta a su amante una escena de celos, que se agrava al notar el parecido de la Magdalena del cuadro con la marquesa Attavanti. Finalmente, acepta las explicaciones de Cavaradossi y se marcha.

Sale de su escondite Angelotti y el pintor le ofrece como refugio su casa de campo hasta abandonar el país. El ruido de un cañón proveniente del castillo de Sant'Angelo da cuenta de que ha sido descubierta la fuga y, ante esto, deciden ir juntos a la mansión.

El Sacristán entra jubiloso para comunicar a Cavaradossi la noticia de que Napoleón Bonaparte ha sido derrotado pero no hay nadie.

Interrumpe su alegría la llegada de Scarpia, el jefe de policía de Roma. Registra la capilla, la ve abierta y encuentra un abanico con el escudo de armas de la familia Attavanti. Concluye que Angelotti ha sido ayudado por su hermana en la fuga.

Reaparece Tosca buscando a Cavaradossi, y Scarpia sugiere que su amante se ha ido con la dama del cuadro. En un nuevo arranque de celos, Tosca decide ir a la casa de campo a sorprenderlos. El jefe de la policía ordena a su esbirro Spoletta que la siga para localizar donde se encuentra el ex Cónsul.

Sin embargo, en su interior Scarpia confiesa que su intención no es solamente capturar al fugitivo sino también seducir a Tosca. Comienza el Te Deum y todos se unen en la plegaria de acción de gracias.

En las habitaciones de Scarpia en el Palacio Farnese, éste medita sobre sus deseos amorosos y la búsqueda de Angelotti. Se escuchan los ecos de la fiesta para festejar la derrota de Napoleón. El jefe de policía da la orden de que Tosca sea conducida ante él, una vez que finalice su actuación. Spoletta, preso de miedo, informa que no pudieron hallar a Angelotti, pero que detuvieron al pintor.

Scarpia interroga a Cavaradossi, pero al no obtener resultados, ordena que sea torturado hasta que confiese. En medio de la tortura llega Tosca, y horrorizada ante los gritos de su amante, confiesa el lugar donde se oculta el antiguo Cónsul de la república de Roma. Mario, muy enfadado, acusa a Tosca de traidora.

Llega Sciarrone para informar que Napoleón ha triunfado sobre el ejército austriaco en la batalla de Marengo. El joven pintor expresa, con júbilo, su esperanza en el fin de la tiranía. El jefe de policía responde ordenando que el prisionero sea ejecutado.

Tosca y Scarpia quedan solos, y éste le ofrece salvar la vida de su amante si ella se entrega a sus deseos amorosos. Tosca no sabe como huir de esa situación, y a pesar de sus ruegos y lágrimas se ve obligada finalmente a ceder

Antes exige un salvoconducto para que los dos puedan huir de la ciudad. Scarpia acepta y simula dar órdenes a Spoletta para hacer que parezca una ejecución: de esta forma se mantendrán las apariencias, evitando sospechas respecto al acuerdo. El esbirro comprende las órdenes que le dan y se retira.

Impaciente, Scarpia se acerca a su víctima, y Tosca, que toma un cuchillo de la mesa, lo apuñala en el pecho, coge el salvoconducto y escapa, luego de acercar dos candelabros junto al cuerpo de su enemigo y colocar en su pecho un crucifijo.

Mientras amanece suenan las campanadas de las iglesias de Roma y el canto de un pastor. Un soldado trae a Cavaradossi, y el carcelero mira los papeles buscando el nombre del reo y le anuncia que solo le queda una hora de vida.

A cambio de un anillo, obtiene permiso de escribir unas líneas a su amada. Entra Tosca y se precipita hacia él mostrando el salvoconducto y relatando lo sucedido. Le pide que actúe con naturalidad cuando simulen la ejecución.

El pelotón se alista para el fusilamiento, dispara contra el reo, y Mario cae. Al retirarse los soldados, Tosca se acerca a su amante y lo llama para que escapen, pero Mario está muerto.

Comienzan a escucharse voces que se acercan, en la búsqueda de Tosca, ya que ha sido encontrado el cuerpo de Scarpia. Spoletta aparece junto a Sciarrone para detenerla pero ella, desesperada, sube rápidamente a la muralla del castillo, y se lanza al vacío.

LA ÓPERA
Puccini siempre se caracterizó por ser un compositor que se tomaba tiempo para componer, dubitativo hasta el máximo buscando la perfección y alejado hasta cierto punto del verismo o si se quiere con un verismo propio muy particular.

Este movimiento, que surgió después de Verdi, tenía por lema el melodrama y la sordidez, que son inevitables en esas óperas, cuyos representantes máximos fueron: Pietro Mascagni (“Cavalleria rusticana”) y Ruggero Leoncavallo (“Pagliaci”). En un lenguaje llano pretendían ser como “una fotografía de la realidad cotidiana que no es agradable”.

Tal es el caso de “Tosca”, donde lo truculento es evidente, pero recibe un tratamiento en el que no deja de brillar un lirismo poderoso, una vena melódica muy eficaz y un tratamiento orquestal y vocal original.

El argumento de “Tosca” está basado en la obra teatral del mismo nombre, del dramaturgo francés Victorien Sardou y que popularizó por todo el mundo la gran Sarah Bernhart.

Este drama se estrenó en 1887 y siete años después, la casa Ricordi negoció con el autor para convertirla en ópera y encargó a Luigi Illica y Giuseppe Giacosa, la redacción del libreto, en principio, adjudicado al compositor Franchetti.

Pero hacía años que Puccini pensaba en “Tosca” pues en 1889, escribió una carta a la casa editorial pidiendo que se compraran los derechos para musicalizarla pero no le hicieron caso, probablemente porque entonces no era lo suficientemente famoso.

Cuando se enteró de que iba a ser realizada por otro, se dirigió a Giulio Ricordi rogándole que le quitara el libreto de Illica/Giacosa a Franchetti y el editor, intuyendo un buen negocio, así lo hizo,  argumentando al perdedor que “no se adaptaba a su sensibilidad artística”.

Así las cosas y sabiéndose ya elegido para hacer “Tosca”, Puccini empezó a componerla en el verano de 1896 y quedó lista en octubre de 1899. El estreno tuvo lugar el 14 de enero de 1900, en el Teatro Costanzi de Roma con la rumana Hariclée Darclée y los italianos Emilio de Marchi y Eugenio Giraldoni en los papeles principales.

El éxito fue dudoso en los primeros momentos de la representación pero acabó siendo rotundo y total. La obra penetró hondo en el público, atraído por su sentimentalismo, de gran efecto, y por su directo melodramatismo. La crítica, que no la aceptó plenamente en un principio, acabó rindiéndose a la magia pucciniana.

La técnica de composición es un todo continuo donde no existen apenas arias independientes ya que combina el recitativo, el airoso y el parlato en un discurso que no cesa y con una acción vertiginosa. El público ve pasar ante sus ojos, como en una película, los episodios y situaciones. Es, en definitiva, un gran conjunto de piezas de mosaico.

LOS PERSONAJES
Tres son los protagonistas que sobresalen del argumento dramático de la obra: soprano, barítono y tenor. No son héroes operísticos al uso bajo la perspectiva de la ópera romántica.

Floria Tosca es un rol para soprano spinto, más lírica que dramática, de voz sólida, flexible y extensa y con muchos conocimientos del fraseo.

El personaje es una célebre cantante, apasionada, celosa, generosa y capaz de cualquier cosa por amor. Se aparta claramente del tipo de mujer pucciniano característico pues la mayoría de ellas son de caracteres más delicados, más débiles, más sutiles, sufrientes e introvertidos.

Scarpia, escrito para una voz de barítono dramático, oscura, potente, amplia y extensa.  Ese es el ideal para encarnar al siniestro personaje. Carece de arias pero su importancia dramática es capital. Ha de ser además un magnífico actor.

Es el que tiene en sus manos  los hilos de la trama y el desencadenante de la mayoría de los acontecimientos, como dueño absoluto de la policía romana. A este represor los autores le ponen rasgos extremadamente desagradables: es antipático, sádico, cruel, ambicioso, autoritario y deshonesto. Su no disimulado deseo por Tosca es su perdición.

Frente a ellos dos, el pintor Mario Cavaradossi, para tenor lírico pleno. Su canto es de poca extensión, pero tiene dos magníficas arias- no demasiado difíciles- que hacen sea muy agradecido el papel para el cantante.

Como personaje resulta un juguete entre el amor de Tosca y la libido de Scarpia y, por tanto, no es más que una pobre víctima. No obstante lo cual, se trata de un hombre honesto, cálido, de sentimientos nobles, con ideales políticos progresistas, que ama apasionadamente a Tosca.

FRAGMENTOS DESTACADOS
La obra, como ya se ha dicho, tiene un fluir continuo en casi toda la partitura, salvo las tres arias que vamos a comentar. Esto no quita para que sean unas de las más famosas de toda la historia de la ópera.

1.- Cavaradossi: “Recondita armonia”. Es un canto lánguidamente erótico, cuya melodía larga, sostenida, cálida, es repetida tras una corta intervención del sacristán. En ella compara al cuadro que está pintando de María Magdalena, con su enamorada y amante.


2.- Tosca: “Vissi d’arte (Viví del arte)”. Súplica hacia dios con reconvención incluida. Lamento que muestra una primera parte mezclada entre  dulzura y piedad y una segunda en la que el drama aparece de nuevo a través de una línea melódica a contratiempo.


3.- Cavaradossi: “E lucevan le stelle (Y lucían las estrellas)”. Este famoso “adiós a la vida” es un canto desesperado de alguien que morirá amando. Un recitativo en el que el clarinete desgrana el tema y nos sitúa en una época pasada cuando la pareja era feliz. En la repetición se cambia esta añoranza por el lamento.


DISCOGRAFÍA
Para el AUDIO, habiendo varios para elegir, nos inclinamos por este:
Tosca - Giacomo Puccini 
Año de grabación: 1976
Director...................... Colin Davis
Floria Tosca ………..  Montserrat Caballé 
Mario Cavaradossi ...  José Carreras 
Baron Scarpia ...........  Ingvar Wixell 
Cesare Angelotti .......  Samuel Ramey 
Sacristan ..................  Domenico Trimarchi 
Spoletta   ................... Piero de Palma 
Sciarrone   ................. William Elvin 
Un carcelero ………… William Elvin 
Un pastorcillo ……….  Ann Murray 
Orquesta: Royal Opera House Covent Garden
Coro: Royal Opera House Covent Garden
Grabado en estudio
Philips

Y para el VÍDEO se elige éste por aquello de los escenarios naturales:
Tosca - Giacomo Puccini
Año de grabación: 1976 
Director .................... Bruno Bartoletti
Floria Tosca ............  Raina Kabaivanska 
Mario Cavaradossi ..  Plácido Domingo 
Baron Scarpia .........  Sherrill Milnes 
Cesare Angelotti .....  Giancarlo Luccardi 
Sacristan .................  Alfredo Mariotti 
Spoletta   .................. Mario Ferrara 
Sciarrone .................. Bruno Grella 
Un carcelero............   Domenico Medici 
Un pastorcillo ..........  Plácido Domingo Jr. 
Orquesta: New Philarmonia
Coro: Ambrosian Singers
Grabado en estudio
Deutsche Grammophon

2 comentarios:

ipromesisposi dijo...

Estupendo estudio.
He elaborado en mi blog una pequeña discografía comparada sobre esta ópera, aquí:
http://ipromesisposi.blogspot.com/
Serás bienvenid@.

Juanba dijo...

En cuanto tenga un momento, pasaré por tu blog, que es seguro que valdrá la pena. Saludos